Colegios – ¿centros de desmotivación?

Hace poco más de dos meses que volví a España; la situación económica da miedo, la corrupción establecida y aceptada sin más crítica y castigo que el de las odiosas tertulias es lamentable, la decadencia de una sociedad acostumbrada a la opulencia sostenida por el crédito fácil da pena y mi reecuentro con nuestro sistema educativo desgasta mis habituales altos niveles de esperanza y optimismo ante el futuro.
¿Cómo puede ser que sigamos anclados en un sistema educativo machacón y repetitivo en el que la cantidad sigue importando mucho más que la calidad? ¿Cuándo tiene pensado el Ministerio de Educación actualizar los temarios y el sistema y dejar que los alumnos profundicen en las materias que estudian, el lugar de pasar de puntillas sobre ellas, haciendo que lejos de encariñarse con lo que han de aprender, los alumnos lo odien y sólo quieran pasar página para terminar pronto y olvidar lo aprendido a la misma velocidad que les han exigido memorizarlo y repetirlo como loros de feria?
Flaco favor estamos haciendo a las generaciones que vienen, cuando no les inculcamos el amor por las cosas bien hechas sino por la velocidad y la cantidad. La inquietud por descubrir y aprender se encorseta tras normas y obediencia. Soñar con cambios no está en las reglas. La ilusión y la sorpresa de encontrar los siempre crecientes límites de cada persona quedan en eso, una ingenua y pueril idea que carece de consistencia. Y la valentía, el arrojo y el espíritu intrépido que nos lleva a aceptar riesgos, a emprender, a crear, aunque pueda terminar en fracaso, se acalla con las bondades del conformismo, la comodidad y de nuevo la extra valorada y esperada obediencia. A pesar de la canción que he elegido de banda sonora, no critico a los profesores, que por lo general tienen todo mi respeto como ‘sherpas’ de nuestros hijos en el arduo viaje entre la infancia y la juventud, critico a un sistema obsoleto que no se adapta a los cambios que están ocurriendo en el mundo, un sistema que cumplía las necesidades de la sociedad preindustrial del siglo XIX, pero que aliena a los niños del siglo XXI, un sistema desigual en el que la oferta de los centros privados está a años luz de la oferta pública.
Un país que no pone todos sus esfuerzos en la educación de las generaciones que han de venir es un país abocado al fracaso.

5 comentarios sobre “Colegios – ¿centros de desmotivación?

  1. «Soñar con cambios no está en las reglas.» Gran frase mazazo. Mazazo necesario. Estoy tan de acuerdo en todo que solo me queda albergar la esperanza de que la seleción (de los continuará siendo natural, a pesar de que la lógica desafía esa línea de pensamiento.Como leí en un libro de una escritora que mola mucho, en diciembre,cambio la persona, «Mientras SU cerebro y su cuerpo se abotargaban, se aferraba a SU venganza; antes o después SU nodo se abriría y en ese momento, el mundoentero conocería la verdad.

  2. Siento entrar en el debate tan tarde pero… ya sabeis al ostracismo me obligaron. Yo creo que el problema no está en nuestros dirigentes que no hacen otra cosa que trabajar para el gran banquero de turno. Es nuestra sociedad, nuestros amigos, nuestros colegas los que NO QUIEREN QUE SUS HIJOS SE FORMEN, otros no pueden, ¡cuidado!, pero pienso que la verdadera Educación está en el de salir del huevo societario asentado en un sistema que no conviene más que al que está en el poder. Solución: SALIR, SALIR Y SALIR. Tre soluciones, ni más ni menos. Sólo viajando, compartiendo vivencias, culturas, un hombre, una mujer se pueden formar, sólo abriendo los ojos al no confortable hogar da paso a lo que realmente va a dar libertad de ser y de elegir y eso nuestros amigos y colegas papis y mamis no están dispuestos a deshacerse tan facilmente, así que tenemos videoconsola, ifon, y clases de piano para rato.Vale.

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