Me lo dejó una amiga forrado con papel de estraza blanco y cuando ya llevaba más de 50 páginas, no pude evitar descubrir el envoltorio, mirar la portada y volver a leer el título. Me recordaba muchísimo a otro libro que leí hace ya unos cuantos años, también de dos amigos militares que la vida separa, y como mi memoria no es buena, tuve que echar mano a la portada para ver si por la portada me acordaba. Como no fue así, me tocó buscar en mi librería el otro: «Reencuetro» de Fred Uhlman.
Dos libros magníficos, aunque hoy sólo hablaré de uno: «El último encuentro» del escritor húngaro Sándor Marai. Es una historia de sentimientos, de amor, odio, desengaño, fidelidad, deslealtad, soledad y pasión. De cómo estos sentimientos crean los lazos de las relaciones humanas y como en las relaciones muchas veces no se conoce la verdad. Es la historia de una venganza. La venganza como motivo de vida y de muerte. La búsqueda de la verdad para encontrar la paz antes de morir.
Un anciano reflexiona sobre su vida, sobre las personas que le han marcado, las relaciones que han guiado sus pasos hasta el fin de sus días. Su reflexión comienza al recibir una carta de un viejo amigo, con el que cenará esa misma noche. En su recuerdo se remonta a tiempos que el no vivió, a la época en que sus padres se conocieron y su madre francesa llegó a vivir al imperio astrohúngaro y cómo desde su llegada se instaura entre ellos la soledad de la incomprensión. El nace llevando el lastre de esa soledad, que tan sólo consigue romper, durante un tiempo, con la amistad de Konrad y el apoyo incondicional de Nini.
La forma de relatar la historia, de encadenar la secuencia de todos los acontecimientos importantes de su propia vida, la de sus padres, y la de su amigo, es extraordinaria. Y no sólo relata una vida a tres bandas, sino que es a la vez una reflexión sobre las cosas importantes de la vida, sobre el significado de la amistad, sobre el significado de nuestra propia existencia.
Es un libro que hechiza. Bien escrito, bien estructurado, con personajes muy bien caracterizados. Con un argumento bien narrado y una reflexión que inevitablemente engancha al lector y se traslada a su vida.
Un libro con fuerza, con encanto, con magia. Un libro que imbuye en sus letras y atrapa en sus líneas. Un libro para leer y pensar. Un libro para disfrutar.
Os lo recomiendo, se lee en un suspiro (200 páginas) y tiene mucho que decir.