Nos ha tocado vivir momentos emocionantes. Tiempos de cambio, de nuevos horizontes, de búsqueda y exploración. Debemos de asumir nuestra responsabilidad, la necesidad de evolucionar nuestro modelo social y económico. A estas alturas, pocos son los que no se dan cuenta de la fractura que se ha producido en un sistema que se demuestra insostenible e injusto. Pero la crisis es un oportunidad en sí misma, para provocar cambios, para progresar, para construir un futuro mejor. Es el momento de la creatividad, de la imaginación, de ser valientes. Esta entrada trata de reflexionar sobre la potencial oportunidad que se puede estructurar sobre la despoblación del entorno rural.
En estos días asistimos a la paradoja de tener unos pueblos cada día más despoblados, muchos completamente abandonados, mientras tanto, en las ciudades, los pueblos se observan como un destino cada vez más atractivo. En Castilla, el entorno rural vive uno de sus momentos más críticos. Entre la despoblación, los recortes del estado y la grave crisis económica de un modelo arrasado por la globalización basado en unos pilares muy débiles (subvenciones y turismo de de fin de semana), transmiten la sensación de estar a la deriva en medio de un temporal que no cesa…
Inspirándonos en el pasado
A veces la historia nos enseñó como se puede revertir una situación límite. Una de ellas ocurrió en la época de la reconquista a los árabes de la península ibérica (años 711-1492) cuando los castellanos fueron capaces expulsar a los invasores creando un modelo económico y social que permitió repoblar Castilla, generando al mismo tiempo riqueza y cohesión social. Fue la época de la colonización de Castilla, los fueros y las comunidades. Siendo consciente de las distancias en el entendimiento de la vida entre esa época y la nuestra, todavía nos asombra como aquellos hombres fueron capaces de crear un entorno de progreso basado en la libertad en medio de los oscuros tiempos de la servidumbre feudal en Europa. Su coraje, capacidad de organización y fortaleza les llevaron mucho más lejos, a crear los primeros gremios y mercados, incluso a conquistar el mundo. Aquellas virtudes emergieron del atractivo de un modelo que permitía ser libres a los hombres, que se asociaron en comunidades de personas que buscaban un futuro mejor, el de su comunidad.
Tomando como inspiración aquellos hechos, podemos intentar imaginar un relato que no está exento de una épica menor. El desierto del Duero existe hoy, Castilla está prácticamente despoblada. No solo por la época de la gran inmigración a la ciudad, sino porque la globalización ha dejado sin un papel principal a todos aquellos que no se cobijan en torno a una gran urbe.
La necesaria vuelta a la comunidad
Pero, en este relato existe una vía alternativa para salir de esta situación límite, accesible, directa, eficaz, contundente y definitiva. Los problemas a los que nos enfrentamos en estos momentos son tantos y tan grandes que es mucho más efectivo tratar de solucionarlos desde lo pequeño, lo manejable, desde pequeñas comunidades, de hecho, quizás es la única vía viable a corto plazo. Desde mi punto de vista, solo se puede salir de la situación de colapso actual creando un entorno que ataque todos los puntos críticos al mismo tiempo, algo que desde lo macro (llámalo estado, gobierno, nación, unión de países,…) nos muestra hasta el momento su fracaso más estrepitoso.
En este relato la primera meta pasa por buscar, adquirir y tomar la libertad. Para ser libres solo hay un camino: la independencia económica. Cualquier planteamiento que no esté basado en ser capaces de generar una economía sostenible para la comunidad no será efectivo y será imposible que tenga éxito. Aquí reside la primera clave.
El desarrollo de una nueva economía: la economía del conocimiento
El entorno rural es idóneo para el desarrollo de la economía del conocimiento, esa que parece ser que es el futuro que viene. Mucho más que el entorno urbano, aunque parezca lo contrario, porque ningún planteamiento de futuro puede tener consistencia si no incluye el vector medioambientalista y de localización económica, dos líneas de actuación que articuladas adecuadamente dentro de la ya existente sociedad red, pueden y deben convertirse en la base de el nuevo relato.
Es momento de imaginar, de soñar, de compartir, buscando conseguir innovar. Del pensamiento lateral, de romper moldes, del riesgo. La forma de vida de los últimos decenios ha terminado. El mayor riesgo es no hacer nada. Viene otra cosa. Inventemosla. Este proceso es posible acometerlo desde las comunidades y las redes, que ya hace tiempo han sustituido a los antiguos líderes y a los procesos jerárquizados. La creatividad es la materia prima de esta nueva sociedad del conocimiento. Esta es la segunda clave.
La Castilla de las Comunidades
Otro factor nos lleva a pensar que el campo de Castilla es perfecto para implementar esta estrategia: el tamaño de sus pueblos. Pueblos de entorno a 150-200 habitantes formaban el entorno rural de las comunidades de Castilla, una cifra que los expertos en antropología fijan como el tamaño de la tribu, la organización más básica y efectiva que ha existido nunca en la historia del ser humano, porque permite un escala de organización altamente eficiente en la explotación de los recursos y la gestión social.
Varios pueblos formaban una Comunidad, con el centro en una población mayor (de unos 1500-2000 personas), donde estaba el centro de gestión administrativa y los mercados. Cada Comunidad acordaba las leyes que la regían. Si no te gustaban, te ibas.
Lo potente de este tipo de organización reside en que surge de forma cuasi-espontánea, se extiende como una red y es muy flexible, lo que la convierte en óptima para adaptarse a cambios profundos y rápidos, el entorno que con toda seguridad nos tocará vivir en las próximas décadas.
Tras estas divagaciones preliminares en busca de mi propia inspiración, lanzo una serie de ideas que pueden ayudar a inspirar a otros soñadores, a algunos proyectos, a personas desempleadas o a emprendedores en potencia…
– Mercado de casas y tierras
Muchas veces lo más sencillo es lo primero que falla. Cuando una persona de la ciudad se pone a buscar un pueblo para comprar casa y/o tierra, se encuentra que la información es difícil de encontrar. Aquí hay una idea potente para un negocio privado, también una idea para los Grupos de Acción Local, se trata de crear mercados comarcales de compra-venta-alquiler de bienes raíces. El valor añadido para compradores y vendedores es obvio. Los clientes existen, solo hay que darles un buen servicio.
– Facilitar las licencias y permisos
Como norma general, cualquier persona que haya comprado, vendido o construido una casa en un pueblo, contaría una experiencia similar: la burocracia es brutal, las tasas altísimas, el proceso administrativo largo y complejo… Uno de los aspectos en los que mejor se puede observar el fallo del estado en estos momentos, es este punto crucial. El municipio que quiera ser capaz de atraer repobladores y talento, y por tanto, crecer su economía, tiene que resolver de forma indudable las antiguas losas administrativas que todavía a estas alturas estrangulan la iniciativa y el desarrollo del mercado. Sobran procesos, trabas y costes. Falta voluntad de servicio público a la comunidad.
– Autoproducción
Un cambio esencial se está produciendo en el sistema de producción. La superespecialización de la era industrial y la globalización tiene sus días contados. En la sociedad del conocimiento, la comunidad se convierte en el agente económico principal, combinando conocimiento, producción y consumo, en el entorno comunitario, que tendrá un ámbito local físico y global virtual. El factor trabajo se convierte en la clave, el factor capital pierde importancia, ya que la propia comunidad puede ser capaz de generar crédito entre sus miembros. Todo lo que se pueda producir a nivel local, debería de hacerse, tanto a nivel familiar como comunitario, por una simple razón económica (no ceder la plusvalía a algún lejano lugar en el mundo y poder generar riqueza en tu comunidad más cercana), por seguridad (reducir la dependencia del frágil mecanismo logístico de la sociedad industrial), por razones medioambientales (localizar la economía ayudará sustancialmente a frenar el deterioro medioambiental) y por principios éticos (el desconocimiento de los métodos de producción de buena parte de los productos que consumimos despierta grandes dudas sobre la ética que hay tras ellos). La autoproducción puede ser desde las necesidades básicas, cosechar tu propia energía, agua y alimentos, hasta los productos más sofisticados utilizando la fabricación P2P.
Si eres un teletrabajador o trabajas en internet, vivir en un pueblo será mucho más barato que la gran ciudad, y te permitirá autoproducir, consiguiendo ventajas económicas y de salud. También puede ser interesante para alguien que está en paro y tiene acceso a alguna vivienda de pueblo o tierras. Busca tu pueblo, crea tu comunidad.
– La nueva agricultura y ganadería ecológica
La búsqueda de la soberanía alimentaria es un derecho de los pueblos. La agricultura ecológica marcará en un futuro muy cercano la diferencia entre alimentarse saludablemente y a unos precios razonables, y sucumbir a las presiones inflacionistas, degradar el medio ambiente y destruir nuestra salud, con los alimentos globalizados que salen de las granjas industriales de animales o de los monocultivos extensivos de semillas transgénicas. Hoy en día hay un mercado importante de exportación para productos ecológicos para el norte de Europa. El actual sector agrícola-ganadero industrialista soportado por subvenciones no tiene ningún futuro. La agricultura y ganadería ecológica tiene ya un gran presente.
Si eres experto en permacultura, agricultura ecológica o técnico agrónomo o forestal, puedes dedicarte a la formación y la consultoría. El tipo de explotación industrial del campo de Castilla en la actualidad tiene los días contados. Si eres un agricultor, puedes aprender e investigar como reciclar tus cultivos y acceder a un mercado mucho más rentable y interesante para el futuro.
– La nueva industrialización local
En internet existe un inmenso repositorio para poder construir casi cualquier cosa. Los espacios de hackers se convierten en lugares donde compartir conocimientos, experiencias y maquinaria que pueda permitir fabricar a bajo coste productos industriales para el mercado local, como elementos para instalaciones renovables, o incluso para el mercado global. Este nuevo modo de producción se denomina Producción P2P, y algunos hablan ya de una nueva revolución industrial en ciernes. Además, se puede desarrollar otra industria con alto valor añadido: la artesanía y la expresión artística.
Crear espacios para hackers en pueblos de Castilla puede ser una gran idea que complementa la economía de una comunidad. Cuanto más se consiga diversificar la generación económica, el modelo social será más sostenible. Si eres un ingeniero o un técnico, no puede haber campo más apasionante y accesible que crear un centro de innovación en mitad del campo de Castilla. La red te conectará con el resto del mundo.
– La gestión de los residuos
Todo producto fabricado tendrá que incorporar un estudio del impacto medioambiental de su ciclo de vida. Esto es ya una tendencia imparable a nivel mundial que debemos de apoyar todo el mundo para tener información real de reciclabilidad de todos los productos. Toda comunidad que pretenda crear valor debe de intentar desarrollar un sistema de reciclaje integral. Es importante crear los vínculos necesarios entre la comunidad para poder reutilizar con mercados de segunda mano y de trueque. Siempre será el reciclaje más eficiente.
En EEUU más de 200.000 personas trabajan en el ecosistema de compra-ventas de segunda mano de Ebay. Con esta plataforma o con otras de nueva creación, el campo de desarrollo del mercado de reutilización es inmenso. El diseño de los sistemas de reciclaje (logística, gestión y reventa de materiales) requerirá expertos en medio ambiente, ingenieros y técnicos.
– La globalización virtual: la sociedad red
La red permite crear mercados, acceder a la globalización virtual o crear comunidades transnacionales. Un blog y una red es suficiente para acometer cualquier proyecto. La red provee de conocimiento a la comunidad para localizar la economía y acaparar la plusvalía dentro de la comunidad. La sociedad red también es utilizable a nivel servicios públicos, donde algunas atribuciones clásicas del estado dejan de tener sentido ante la potencia de una organización comunitaria en red.
El campo de trabajo y de investigación es infinito, y no solo para ingenieros informáticos, si no para prácticamente cada aspecto de nuestras vidas. Cualquier persona debe de ser capaz de desarrollar una identidad digital, algo que será vital en los próximos tiempos. Esa identidad facilita la creación de redes y la interactuación en la red.
– Las nuevas fórmulas de organización comunal:
El emprendimiento debe de ser colectivo, compartiendo esfuerzos y buscando complementariades. La figura de la sociedad cooperativa se consolida como la organización de futuro. No solo por la parte filosófica que implica, sino por su potencia como organización mucho menos dependiente del factor capital. En estos momentos estamos asistiendo al proceso creativo más importante de la historia humana que se materializa en una sucesión desbordante de innovaciones en todos los terrenos de la vida, provocado esencialmente por el desarrollo de la sociedad red.
Los servicios públicos deben de localizarse, como funcionó durante tantos siglos, preservando el conocimiento y la gestión local descentralizada, mucho más eficiente que cualquier tipo de organización centralizada. Desde mi visión, la clave es la gestión de recursos desarrollando la sociedad red y re-utilizando la capacidad productiva no aprovechada, o sea, los desempleados para cubrir las necesidades de la sociedad local. El absurdo de la situación actual con la escasez artificial que genera el dinero fiduciario controlado por el estado, donde por un lado se recorta y por otro lado el propio sistema condena al desempleo a parte de la población, se soluciona asignado a tareas productivas los recursos ociosos y otorgándolas un valor. Esto se puede organizar con un banco de tiempo o con la creación de una moneda social. Innovadores sociales, economistas y financieros pueden tener un campo de desarrollo increíble.
Mientras tanto seguiremos teniendo al estado, que todavía provee y proveerá durante mucho tiempo parte de los servicios que necesita la sociedad, pero debería de ser factible un sistema mixto, estatal-comunitario, donde deben de «negociarse» la gestión de la financiación de las necesidades que requiere la comunidad. La organización mutualista se consolida también como una forma eficiente de organizar algunos servicios vitales para la comunidad como podrían ser la sanidad y la educación.
Me parece atractiva la propuesta, para mi el problema es el inicio, como volver a repoblar lo despoblado creando atractivos que generen interes, siempre hay que tener una especie de «paquete», infraestructura o envoltorio fundador a partir del cual se vertebre el crecimiento. Supongo que se puede hacer gota a gota pero llevara tiempo a menos que haya un factor desencadenante.
Creo que 2l «paquete» no es aplicable de forma universalista, o sea, que funcione para todo el mundo. Las inciativas surgiran desde comunidades con proyectos concretos que sucederán de forma espontánea, y algunos iniciativas llevaran a otras…