«Si hemos de crear un mundo nuevo, una nueva civilización, un arte nuevo, no contaminado por la tradición, el miedo, las ambiciones, si hemos de originar juntos una nueva sociedad en la que no existan el «tú» y el «yo», sino lo nuestro, ¿no tiene que haber una mente que sea por completo anónima y que, por lo tanto, esté creativamente sola? Esto implica, ¿no es así?, que tiene que haber una rebelión contra el conformismo, contra la respetabilidad, porque el hombre respetable es el hombre mediocre, debido a que siempre desea algo; para su felicidad depende de la influencia, o de lo que piensa su prójimo, su gurú, de lo que dice el Bagavad Gita o los Upanishads o la Biblia o Cristo. Su mente jamás está sola. Ese hombre nunca camina solo, sino que siempre lo hace con un acompañante, el acompañante de sus ideas.
¿No es, acaso, importante descubrir, ver todo el significado de la interferencia, de la influencia, ver la afirmación del «yo», que es lo opuesto de lo anónimo? Viendo todo eso, surge inevitablemente la pregunta: ¿Es posible originar de inmediato ese estado de la mente libre de influencias, el cual no puede ser afectado por su propia experiencia ni por la experiencia de otros, ese estado de la mente incorruptible, sola? Únicamente entonces es posible dar origen a un mundo diferente, a una cultura y una sociedad diferentes donde puede existir la felicidad.»
Para los que queráis saber más sobre el maestro Krishnamurti y sus enseñanzas, os recomiento esta página (en inglés):
«La verdad es una tierra sin senderos. El hombre no puede acercarse a ella a través de ninguna organización, de ninguna secta, dogma, sacerdote o ritual, ni a través de ningún conocimiento filosófico o técnica psicológica. Tiene que encontrarla a través del espejo de las relaciones, a través de los contenidos de su propia mente, de la observación y no a través del análisis intelectual o la disección introspectiva. El hombre ha construido en sí mismo imágenes a modo de valla de seguridad—religiosas, políticas, personales. Estas se manifiestan en forma de símbolos, ideas, creencias. La carga de estas imágenes domina el pensamiento del hombre, sus relaciones y su vida diaria. Estas imágenes son la causa de nuestros problemas ya que dividen a los hombres. Su percepción de la vida está moldeada por conceptos ya establecidos en su mente. El contenido de su conciencia es su entera existencia. Este contenido es común en toda la humanidad. La individualidad es el nombre, la forma, la cultura superficial que él adquiere a través de la tradición y el ambiente. La unicidad del hombre no reside en lo superficial sino en la libertad absoluta del contenido de su conciencia, la cual es común en todos los seres humanos. Así él no es un individuo.
La libertad no es una reacción; no es una elección. Es la pretensión del hombre de creer, que por tener elección es libre. La libertad es pura observación sin dirección, sin miedo al castigo, sin recompensas.La libertad existe sin motivo; la libertad no está al final de la evolución del hombre sino que reside en el primer paso de su existencia. Al observar, uno comienza a descubrir la falta de libertad. La libertad se encuentra en una conciencia no escogida en nuestra existencia y actividad diaria. El pensamiento es tiempo.
El pensamiento nace de la experiencia y el conocimiento, los cuales son inseparables del tiempo y el pasado. El tiempo es el enemigo psicológico del hombre. Nuestra acción se basa en el conocimiento y por tanto en el tiempo, así el hombre siempre es un esclavo del pasado. El pensamiento es siempre limitado, así que vivimos en constante conflicto y lucha. No hay evolución psicológica.
Cuando el hombre se vuelva conciente del movimiento de sus propios pensamientos, verá la división entre el pensador y el pensamiento, el observador y lo observado, el experimentador y lo experimentado. Descubrirá que esa división es una ilusión. Sólo entonces hay pura observación en la que no existe sombra del pasado ni el tiempo. Este eterno «insight» trae consigo una profunda y radical mutación en la mente. La negación total es la esencia de lo positivo. Cuando hay negación de todas esas cosas que el pensamiento ha ocasionado psicológicamente, solo entonces hay amor, que es compasión e inteligencia.»
Jiddu Krishnamurti y Doris Pratt.»Recuerdo un entrevista con Krishnaji en la que le dije que quería discutir mi problema. El problema era que quería dejar de fumar. Me dijo: «Señora Pratt, me ha hablado usted de su problema, pero, en realidad, las cuestiones son cuatro. El hecho es que usted fuma, y a él se une, en primer lugar, la falacia de que fuma y le gusta. La segunda falacia es que desearía no fumar; y de ella surge a continuación el ideal: usted desería ser ese ideal, alguien que no hubiera fumado nunca. Y por último, existe el vacío interior que le hace a uno fumar, volcarse en el sexo, o cualquier otra cosa». De modo que había un conflicto entre el hecho y el vacío, y en medio de él estaba la falacia, el mito. Un momento después añadió: «¡Cielo santo, el mito al que yo en un tiempo me aferré! Creí que había de ser el Maestro del mundo, cuando en realidad era un joven común, y quería hacer todo lo que un joven quiere hacer: enamorarse, montar en motocicleta, hacer carreras… En aquel tiempo era simplemente un joven. Y me debatí entre el mito y el hecho».Doris Pratt, organizadora de las charlas de Krishnamurti, Londres.Krishnamurti 100 años de sabiduría, Evelyne Balu.http://seaunaluzparaustedmismo.blogspot.com/