Si preguntáramos a la Tierra qué significa la palabra pobreza no hablaría de indicadores monetarios ni haría recuento de quienes viven con menos de un dólar al día. Probablemente nos mostraría vastos territorios deforestados, animales huyendo, cauces secos, especies extinguidas, poblaciones humanas desplazándose tras fuentes de agua o escapando de riadas, culturas que han perdido el sentido en urbes en las que sobran… probablemente ofrecería una imagen de pobrezas encadenadas: la pobreza vegetal, arrastrando tras de sí pobrezas animales y humanas, atmósfera, suelos y aguas empobrecidas. Hablaría del olvido de la interdependencia y de la ruptura de los ecosistemas vivos y señalaría a los seres humanos –algunos seres humanos– como primera causa de devastación.
Marta Pascual, ‘La pobreza leída desde el ecologismo’