No puedo decir que no sea optimista, ni que no crea en mis ideas y persiga mis sueños, pero a veces después de dar muchas veces contra el mismo muro sin conseguir que se mueva ni un ápice… los ánimos caen y piensas que quizás el camino no debe ser ése porque hasta la fecha no has conseguido abrir más que la primera de las mil y una puertas, y pasa que cuando ya estás pensando en si mejor darte la vuelta, y echas un penúltimo vistazo, tras quitar algo de visceralidad, ves desde la distancia que del otro lado de la última puerta se empieza a congregar una multitud.