Más allá del valle inquietante

El término en inglés es ‘uncanny valley’ y en japonés ‘Bukimi no Tani Gensho’. Fue acuñado en 1970 por el especialista en robótica Masahiro Mori y viene a formular una hipótesis por la que los seres humanos empatizamos con figuras antropomórficas artificiales hasta un determinado punto, en el que la empatía se convierte en aversión: Cuando un robot o un androide o un deep fake es demasiado humano desconfiamos de su naturaleza.

¿Por qué nos dan miedo los humanoides?

Pero cuando se supera ese valle, lejos de provocarnos desconfianza, los preferimos a los seres humanos de carne y hueso.

Los androides como Sophia (reconocida como ciudadana de Arabia Saudi), no han conseguido salir del valle inquietante, pero no sucede así con los ‘deep fake‘. Un estudio publicado en diciembre de 2021 muestra que la tecnología detrás de los deep fake es capaz de crear imágenes indistinguibles de una persona real e inspiran más confianza en quienes las ven que las personas reales.

Es decir, el público, nosotros, podemos recibir un deep fake de un presidente de gobierno o de cualquier personaje público, con un mensaje programado para manipular la opinión pública, que nos inspire más confianza que una grabación real.

No me extraña que estén empezando a surgir voces que abogan por la limitación de esta tecnología. ¿Os imagináis lo que se podría llegar a hacer?

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s