La narrativa de los medios

La narrativa ha sido hasta hace poco tiempo un término ligado a la literatura. La RAE la define como:

Los medios de comunicación han tomado la cuarta acepción y la proliferación de las redes sociales ha convertido a la narrativa en un recurso para vender una idea, una técnica de marketing.

Poco a poco, con vídeos de tik-tok, youtube o tweets se filtran ideas en la sociedad que tratan de convencernos de las bondades o maldades de problemas actuales. Pero no cuentan solo con el primer mensaje, sino que esperan a que los usuarios hagan suya la idea, le den matices y la conviertan en algo viral.

Con estos métodos, en los últimos años, hemos incorporado a los nativos del siglo XXI, a los nómadas digitales, a los nómadas energéticos o a la manosfera, cada uno con una connotación creada a través de la narrativa transmedia que se retroalimenta con las publicaciones individuales en las redes sociales de millones de usuarios.

El concepto de la narrativa transmedia se puede atribuir al autor Henry Jenkins, a través de su libro Convergence culture.

Terms such as produsage and prosumption that describe the audience of participatory culture, refer to a shift from passive consumers to a more active audience within a new media environment. These terms recognize the ability of users on web 2.0 to generate their own amateur content which can span from personal social media content to fan fiction and to even forming a new genre of citizen journalism.

En el caso de los nómadas digitales, un banco decidió emplear el término que se había extendido por las redes para lanzar una campaña de publicidad, camuflada en un documental. Ser nómada digital es estar a la moda, abanderar la innovación social y retomar lo que un día fue el ser humano, nómada, con una connotación de entretenimiento que permite unir trabajo y viajes de placer. Las implicaciones de tener que migrar de país en país, porque las condiciones laborales en tu propio espacio no son las ideales, desaparecen en la narrativa transmedia del nómada digital. Los miles de perfiles de esos mismos nómadas convierten la itinerancia en algo aspiracional y los gobiernos dictan leyes para atraer a ese perfil joven y preparado a su territorio (aquí cabría todo una reflexión sobre los Estados Nación).

Igual ocurre con los nómadas energéticos. Un término más reciente provocado por la subida de los precios de energía de los últimos meses. La narrativa transmedia no deja ver que el empobrecimiento en los países de origen y destino. Aprovecha una situación crítica para incentivar el movimiento de personas con alto poder adquisitivo, de un país a otro. Las campañas transmedia ensalzan el nuevo término de moda. Ser nómada energético tiene ventajas que, de nuevo, los gobiernos utilizan para atraer a un tipo de población.

Ser un nativo del s.XXI une el concepto de tribu, igual que los dos anteriores, con el de la tecnología. Cogen referencias ancladas en el imaginario colectivo y las mezclan con tecnología para que aquellos que hoy se sienten desplazados, puedan adquirir la ansiada pertenencia a un grupo que siempre ha tenido el ser Humano.

La manosfera es otra de estas creaciones transmedia. Ésta, en sí misma, es un ecosistema al completo ideado por y para todos aquellos hombres que se sienten amenazados por otros géneros. Un espacio creado para compartir odios y miedos y desarrollar su propia narrativa desde un punto de vista unitaleral que se retroalimenta por miembros de un grupo con ideas comunes y siempre endogámico.

Hay muchos más ejemplos de narrativa transmedia. Lamentablemente muchos de ellos concebidos para manipular y vender ideas a una sociedad que poco a poco va perdiendo el pensamiento crítico. Hoy, que los algoritmos de las redes sociales filtran el contenido al que estamos expuesto, quedamos en un limbo de autocomplacencia en el que que nos podemos llegar a olvidar que el pensamiento no es único, que ninguno estamos en posesión de la verdad y que en el mundo coexisten muy diversas realidades que los filtros digitales nos esconden.

Da miedo pensar las cotas de manipulación que estamos alcanzando, disfrazadas de buenismo, trending topics e influencers, sobre todo porque la manipulación se retroalimenta desde el usuario final, desde las personas de a pie, por lo que no se ve como tal. Lo que hace esta manipulación es dividir a la sociedad en grupos estancos que se enfrentan por unas ideas que han sido germinadas desde los medios, implantadas en nuestros procesos internos con exquisito cuidado y regadas por nuestros conocidos y afines.

Quizás esté equivocada, pero me da la impresión de que ese lema que viene de la antigua Grecia y que después parece que acuñó el emperador romano Julio César, dívide et ímpera, e incluso Napoléon, es lo que lo que hay detrás de la narrativa transmedia actual (no esa de la que hablaba Jenkins).

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