El otro día pasé por la biblioteca y, a pesar de la larga lista de libros que tengo pendientes de lectura en casa, no me pude resistir y cogí un par (el de Ninfa rota y este). Cada libro te llama por un motivo. El de Sed lo hizo por su autor, de quien leí hace tiempo Siega, y por el tema que, como sabéis, me preocupa y que me recordó al Cuchillo de agua.
Una distopía juvenil sobre crisis hídrica que cada día parece estar más cerca. Las grandes sequías provocan cortes intermitentes en el suministro de agua hasta que, un día, California se queda sin agua y se ve devorada por los incendios.
La historia está narrada en presente y primera persona por los personajes de la historia, de forma que el lector tiene la perspectiva de personas muy diferentes sobre lo que está ocurriendo. Tres chicos y dos chicas con personalidades bien marcadas y estilos de vida que entran en estereotipos claros, pero que permiten dar acción a la historia y crear una dinámica de grupo adecuada en una situación de crisis como la que presenta el libro.
Igual que los diarios en Siega, el autor utiliza ‘retransmisiones en directo’ de cosas que ocurren durante la semana en que se narra la historia para dar una visión más completa de hasta qué punto la situación es caótica.
Es un libro escrito a cuatro manos por dos hermanos. Jarrod, menos conocido a nivel literario que Neal, ha enfocado su carrera hacia el cine y la TV, lo que seguro que les está ayudando en llevar Sed a la gran pantalla de la mano de Paramount. Sin duda una película que irá a ver.
El libro se lee sin darte cuenta. La historia está muy bien construida, los personajes son sólidos, el estilo rápido y ameno y el mensaje demoledor, pero con un punto de esperanza.
Tal y como va el año en lo que a sequía y lluvias se refiere, me pregunto cuánto tardaremos en ver restricciones de agua serias y limitaciones al uso frívolo del agua corriente.
Autor: Neal Shusterman y Jarrod Shusterman
Nºpags.: 525
Editorial: Nocturna